«La importancia de la Arquitectura no es otra que la del ambiente que crea; un ambiente es conformador de conductas»
Alejandro Sota.

Ayer nos encontramos con esta cita y nos recordó a algo que una clienta nos contó alguna vez. Ella vive desde hace unos meses en una vivienda que hemos reformado nosotras. Y nos hablaba encantada de lo agradable que era vivir en esta nueva casa.
Nos dijo que estar en su casa la ayudaba a estar tranquila y que sonreía más a menudo. Puede parecer una frivolidad pero os aseguro que en este estudio trabajamos cada día para conseguir eso. Que nuestra arquitectura aporte bienestar y sonrisas es una satisfacción inigualable.
En los períodos de confinamiento obligatorio que hemos vivido este año, nos dimos cuenta de cuán importante es el espacio que habitamos. Pero incluso antes de todo esto ya pasábamos casi todo nuestro tiempo en interiores y esto impacta directamente sobre nuestro bienestar y salud. Por esto entendemos nuestra profesión desde la responsabilidad que supone el gran impacto que tiene en las personas que la habitan.
Cuando afrontamos un nuevo proyecto nos parece esencial comprender los comportamientos y deseos del usuario para crear espacios funcionales y estéticamente agradables. La organización de los espacios, la elección de los materiales y calidad de sistemas que favorezcan el confort son las premisas con las que trabajamos a la hora de tomar decisiones de proyecto.
Y es que si algo tenemos claro es que invertir en arquitectura de calidad, en el sentido más amplio de la expresión, es siempre invertir en calidad de vida.